martes, noviembre 25, 2008

PROEMIOS


ELEGÍA A UNA MUJER QUE DUERME


Mañana tendrás otro nombre
Pero igual
Te buscaré en los caminos
Y en los días
En las aves que cruzarán la tarde
Como cometas tristes
En los autobuses en donde
Una canción resuene
Tratando de matar cada presencia
En las calles sucias de llanto
Y en mi pecho vacío
Te buscaré a ciegas
Sin importar la avenida repleta
O las plazas bulliciosas del
Mediodía
Sin importar que vistas de azul
O que deambules con la cabeza
Cubierta de sombras
Reconoceré tu aspecto de ninfa
En el agua
Y atraeré tu silencio
Con el solo latir de mi corazón
En plena agonía
Te buscaré en lo profundo del mar
O en la soledad del pasado
En el cual aún navegan
Nuestros cuerpos huyendo del tedio
No puedo decirte más
Todo ha terminado en mis ojos
Tu piel etérea
Tus manos limpias
Tu bondad de santa egocéntrica
Tus labios envueltos por el viento
En mitad del otoño
Tu desnudez tibia mientras
La medianoche escurría mi último
Abrazo
Todo se ha quedado en el patio
En la alfombra que no nos pertenecía
En la silueta de algún desconocido
Que se aventuraba a llamarte
En este papel ridículo en donde garabateo
Una esperanza sin pena ni gloria
Sin entender que te llamarás diferente
A pesar del mundo
A pesar de mí




ELEGÍA PARA MI MUERTE


Lo único que quise fue
Escalar la muralla de tus brazos
Anegarme de tu voz
Como párvulo que omite desgracias
Detenerme en cada calle
Retomar tus ojos
Desde un comienzo
E ir buscando la manera de
Atraparte en una palabra
Hacerte raíz y símbolo
Caída de agua en donde salvar
Del ahogo a tanta memoria
Que nos precedía
Fui un infeliz vagabundo
Que yacía bajo árboles secos
O sobre campos de sombra
Fui asesino de mis días
Violento selenita de saco y silencio
Intenté sólo escribir
Sin intención de decirte nada
Pero súbitamente aparecía
Un atormentado adjetivo
Para representarme en primera
Persona
Yo no quería hablar más que
Del mar y la nostalgia de tanta ola
Hundida en la orilla
O de los pájaros que vi morir
En madrugadas agónicas de verano
Y esquinas absortas
Pero todo me devuelve a
Tus labios de musa dormida
A tu risa discreta
Cuando en las paredes
Te abrazaba buscando la muerte
Cada frase que escribo
Te repite como un eco de fuego
La noche es tu cuerpo que
Me arroja al vacío
Tempestad abrasadora
Tu desnudez que no tiene retorno
He intentado cruzarme de brazos
Y olvidar que a veces
Miro las cosas con gran ternura
Sin embargo
He continuado arrojándote eclipses
Frases repletas y galaxias
Galaxias y cometas tristes
Ríos de sonido en donde
Mi corazón
En completo silencio
Se aleja
Y se pierde



ELEGÍA PARA TUS MANOS


No importa el nombre que te llames
Ni el vestido azul que dejaste
Entre los libros
Importa la hora en que vienes
La tierra que tus pasos arrastran
La luna insistente
En el cielo de la noche
Noche de los días
Día de tus manos
La semilla que en tu rastro dejas

Importa el eco y la lluvia
La tempestad del silencio
Cuando amanece entre truenos
Y plazas relucientes
O el presente que acaba con todo
Mientras inmóvil dejas caer
Las horas como pájaros
Sobre mis sombra

Tampoco importa si apareces
Entre las olas
O convertida en mar invades
La bahía y mi memoria
Importa sólo que alguna vez
Fuiste presencia
La torre inmensa desde donde
Salté hacia esta calle
El lenguaje del cual nacen las
Palabras
Que te nombran
Y te olvidan


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