martes, junio 29, 2010

LOS PUENTES DESIERTOS


Los árboles yacen en pleno centro de la calle soleada
El mar ruge a lo lejos como montaña herida
Se arremolina entre las alas el pájaro de fuego
Y el corazón sangra entre artilugios y desvaríos


Todo es humo en esta tarde que brilla lejos
Camino mareado a través del espejo en donde todo es vacío
De memoria recuerdo las cosas los objetos tristes
Que perdí entre batallas y frías caminatas en alguna estancia


Tuve una madre que murió como en el final de una tragedia
Tuve un perro que hasta ahora aúlla al mirarme cerca
Las cosas se hunden en mis manos en mis pasos
En mi sombra transita un ser que yo desconozco


A veces la soledad se estira y me alejo con esta cruz a cuestas
Busco un buen cerro para dejarme en la intemperie
Los clavos se oxidan en mis bolsillos
Pero ya es tiempo para aceptar que nada vale la pena


Los días no han sido como los soñé desde siempre
Los días han sido como garras en mi pecho sangrante
Me emocionan sin embargo los árboles y las palomas
Me emociona el canto de los grillos que arrastran muertes


Cansado permanezco en las esquinas aguardando la hora
Pero siempre es el invierno quien mata las flores
Toco en el pasado el horror de las agonías y los rezos
En el pasado me quedo con las lágrimas de otros que no sé


Los golpes duelen más cuando no dejan rastro
Y no importa el reloj en donde se esconde el tiempo restante
Se puede ser feliz y sin embargo morir bajo una lluvia oscura
Se puede gritar para siempre o sólo callar y esperar la noche


No tengo nada que valga la pena guardar en baúles o escondites
Fotos antiguas yacen en algún sobre anónimo
Amé las hojas que caían en los dedos de una mujer delgada
Amé el sabor intenso de la vida en sus labios tibios


Pero olvidé pronto las calles por donde nos gustó andar
Olvidé sus nombres sus rastros sus voces
Y ya no es lo mismo mirar hacia el fondo de los años
No es igual pintar las paredes de rojo a sentir la sangre en el pecho


Muchas veces fui un niño con un cigarrillo ardiendo en mi boca
Y fui un truhán equilibrista de pistas manchando los sueños
Todo lo supe desde un inicio y siempre negué cualquier final
Todo fue como un entierro en donde la tierra me caía en las manos


Acepto la muerte y confirmo mis días de transeúnte hediondo
Acepto el fracaso como rictus ante edificios sin forma
Nunca quise obviar lo que me hace falta ahora
Pero ya es tarde para andar haciendo el papel de víctima


Los sauces le dan una visión extraña a esta avenida
Hay piedras sucias de amor por todas partes
Hay mujeres que roen el pasado en sus entrañas insípidas
Y niños que gritan y perros que ladran en las esquinas


El tiempo es sólo una palabra que lo absorbe todo
Cada parte del día transcurre hacia pasadizos famélicos
Y no importa el atuendo nuevo o las ganas de volver atrás
La soledad es un vicio que arremete aun cuando regresa el sol


Por eso es lo mismo decir que siento frío a desnudarme solo
Es lo mismo saber que más allá el retorno es también la ida
Y los hombres amanecen para morir como hombres
Arrastran su hambre sus hijos sus sueños como cadáveres


Mas sólo los pájaros hacen ruido esta tarde a medias
Sólo mi madre ha vuelto a cruzar la sala para saber si estoy
Y se ha dado de cara con mi oscuridad y mi tumba
Se ha ido llorando ella como negando cualquier lágrima


Y me han dejado la ropa la tierra los zapatos que usé
Los fantasmas del pasado retornan cada noche por la avenida
Yo los veo y entre ellos no hay nadie con mi rostro
No hay nadie que haya existido mi muerte


Yo escucho plegarias en los hospitales en las misas en los
Escucho la voz suave de una mujer herida por la lluvia
El canto febril de las aves que caen entre el asfalto
Y no hay nada en donde sostener el cuerpo


Todos escriben su nombre en la tierra en las paredes sucias
Pero nadie sabe si es cierta tanta prisa tanto alarido
El sol se parte en el cristal que cubre el océano
Yo caigo en mis pasos y nunca más me vuelvo a despertar