domingo, julio 27, 2008

IDEARIO DE LA INDECENCIA


À toi, toujours


I

Qué será de ti mi amor
Cuando no te ladren
Ni los perros flacos
De tu calle
Y tengas hambre

Quién le dará de beber
A tu corazón
Este amor
Que sólo yo te doy
Sin pedir nada

Quién te cocinará en
Silencio
Para que duermas bien
Y sueñes con ángeles
Y otros hombres

Qué será de ti mi amor
Cuando pases los treinta
Y no tengas ni un mugroso
Recuerdo
Para enternecer tus
Días

Quién te cubrirá de flores
Y golpes de pasión
Entre cervezas heladas
Y cigarrillos humeantes

Quién querrá ser tú
Y sacarte la ropa
Y verte cada mañana
Con tus ojeras
Y tu rostro de niña
Mala

Qué será de ti mi amor
Si después de mí
No hay nadie
Aunque me muelas
A taconazos
Y no quieras perdonar
Esta última infidelidad
Antes de irme

Qué será de ti mi amor
Si ahora que me voy
Tú andas cos cinco kilos
Demás
Y las cremas ya no te
Funcionan como antes





II

la noche hinchada de horas
sacude sus brazos
y me llena de golpes
arrastrándome por gritos
y espinas

en donde estoy
todo pierde sentido
la muerte
la vida con su plof plof
edípico
la virginidad atrayente de
las novias desposeídas
de pasión

no quiero abrir otra vez
los ojos
y resucitar mis años
los fantasmas que cruzan
cada madrugada
garabateando insomnios
males brutales
que adormecen lentamente
las ansias de andar desnudo
la loca idea de embriagarme
hacia la nada

ese callejón que se cierra
apenas doy un paso

en donde estoy el mundo
se desmorona
y en silencio las olas
corroen
mastican cada segundo
sangrientas
enormes con sus senos
abiertos
y su sexo sombrío
y su hálito a podredumbre




III

eras triste matando las horas
cual palabra mal dicha
y amontonada en basurales
o cantinas de mala muerte

eras la calle por donde anduve
sin abrir los ojos
Barbie decadente entre tus cinco
kilos demás
y tus senos que horadaban
insomnios

contigo la eternidad incendiaba
el crepúsculo
y dormida eras
como el más increíble
recuerdo
al borde de algún abismo

te entregabas como ninfómana
en pena
limpia tranquila
a pesar de tu cruz
y el destierro de tanta hora
podrida al final del sueño

luego te dejabas en libertad
y morías cada tarde
desnuda y sola
enmarañada entre inviernos
acaecidos en tu vientre tibio

quién iba a pensar
que te irías deshojando flores
maldiciendo el silencio
que lo corroe todo

ahora tu rastro se pierde
ya no hay nada más allá
de tus pasos

sólo el remedo de un hombre
se tambalea
perdido en ausencias
repitiendo tu rostro a pesar
de esta lluvia que mata
las flores
y no deja oír tu voz



ESTRUENDO

I
Arremete la mar del día
Sobre las veredas y los hombres
Desnuda silencios voces
La mañana…

No queda más que seguir andando
Pariendo soñando
Detrás de los árboles se esconde
Una multitud de palabras

Yo trato de decir algo
Pero no me sale nada
Siento el ahogo de los días
El basto cielo que cubre
Las cosas

Avanzo por un mundo que no conozco
Cada calle es la primera que ando
La última que observo:
Alrededor se alzan viejos hombres
Con su barba y tanto de tristeza...

Que es una lástima sentir la vida
Dejarla no esperar a que
Se acabe el instante

Es doloroso saber que se va
A cualquier parte
Y que siempre se retorna
A la misma habitación
En penumbra
Al mismo río sucio del
Primer nacimiento

No importan las horas
Las cosas los párvulos que
Tomaron mis manos
O violaron el preludio de una
Amistad sin pena ni gloria

No importa la noche en la cual
Me oprimo y desvisto mis ojos
Sé que jamás volveré a mis palabras
Que a nadie le importa si salgo
A las calles
O me tiendo a esperar la muerte



II

La muerte debería ser como
Recitarte de memoria
Tu rostro ensimismado por la tarde
El mar rugiendo en contra nuestra
Las aves
Lanzando a lo lejos
Su maldición entre cada aletazo

CAÍDA LIBRE


Si nada más me importa
Y olvidado he tus manos
Y los días que manchamos
En nuestras esperas

Si es igual la vida
Y no hacen falta flores
O palabras tristes
Para desnudar nuestros abrazos...

Entonces yo no entiendo
La soledad en primera persona
O tus labios resecos en el
Espejo de tanto rastro mutuo

Quizá sea la lluvia o esta música
Que nos provoca lentitud para irnos
Y dejarnos como desconocidos
En plena acera

Quizá el silencio haya aguardado
Este instante
Para mostrarnos la calamidad
De toda ausencia

Pues la verdad es que nos hiere
La sola idea de dejarnos en otra calle
Seguramente con el tiempo
Las heridas se cubrirán de fango
Mas siempre se podrán mostrar
Las heridas y las sombras

Entonces ambos admitiremos
El naufragio en la distancia
Quizá intentaremos recobrar el rumbo

Pero tú sabes que el camino se pierde
Apenas se lo ha dejado al amparo
Del viento ….